El proyecto consistió en la demolición de una edificación existente para construir un nuevo bloque de oficinas con un CPD en la zona de inicio de la nueva ZAL del puerto de Tarragona. El diseño del nuevo edificio tuvo dos objetivos claros; primero, dotar al cliente de un nuevo edificio de control para supervisar y vigilar las zonas de instalaciones del entorno, y segundo, crear una nueva infraestructura de oficinas capaz de albergar un CPD que proporcionara servicio a toda la zona.